sábado, 9 de noviembre de 2013

Sabina



Esta semana fue una de la más estresantes y aburridas de toda mi vida, fueron días complicados, en dónde las crisis existenciales se agudizaron, dormía tres o cuatro horas al día y me tenía que ir a trabajar por la madrugada, fueron sólo tres días, pero fueron suficientes para hacerme sentir miserable y decepcionado de la vida, fue una de las peores semanas en mucho tiempo, pero soporte estoicamente por una única razón: el viernes vería por primera vez a Joaquín Sabina.
 La semana pasada les conté de mi fascinación por éste pinche gachupin. Aún recuerdo la sorpresa que me causo la noticia de que venía a tocar a mi pueblo, estuve esperándolo por casi tres meses, me parecía una fecha lejana y me ponía nervioso el pensar el que a lo mejor no venía  a la ciudad por sus problemas médicos,pero por fin llego el anhelado 8 de noviembre, para mi desgracia desde el martes tenía que levantarme a las tres de las mañana por culpa del trabajo, la noche previa me dormí a las 7 de la noche, previendo que el viernes sería un día muy importante y no podía estar cansado o desvelado.Mi jornada comenzó a las 3.20 de la mañana, soportaba todo pensando que en unas cuantas horas vería a Sabina en vivo, fue el único aliciente que me hizo soportar esta pinche jornada.

Llegué a formarme a las 6 de la tarde al domo de la feria, hacía mucho tiempo que no estaba tan emocionado, mientras estaba formado con mi hermano me di cuenta que ya no soy el rockero que solía ser, hace un año justamente estaba desgañitandome como loco en el concierto de Marilyn Manson y Slayer, y ahora estaba rodeado de señores de más de treinta años, creo que este concierto fue el inicio de mi vida adulta, ya me jodí.
No sé como comenzar a describir el concierto que vi anoche, he tenido la fortuna de estar en muchos conciertos, he viajado a muchos lugares para ver a mis bandas favoritas, esa frase de Nietzsche que dice " La vida sin música sería un error" es la única que creo que no tiene discusión bajo ningún termino, si no existiera la música no tendría sentido vivir, mis amigos decían que exageraba con mi fanatismo con Sabina, yo sigo creyendo que sin estás pequeñas pasiones no tendría sentido vivir.

Tenía miedo que al despertar el día de hoy, ya no tuviera motivos para seguir feliz o emocionado, pensé que al terminar el concierto y está larga espera de tres meses mi vida carecería de emoción, pero afortunadamente ayer pasé las dos mejores horas de toda mi vida y en lugar de sentirme mal porque ya pasaron me siento muy feliz de haberlas vivido.

Al llegar al domo me sentí un poco raro al ver a tanta gente adulta, siempre suelo ir a conciertos en dónde la gente es mucho más joven de yo o de mi edad, ahora veía a señores de más de cuarenta por todos lados, esta vez no había greñudos oliendo feo ni escuché pláticas sobre bandas raras de black metal israeli, ahora todo era seriedad y todos olían a perfumes caros. Por fin pude entrar al domo y una avalancha de recuerdos me vinieron a la mente, mi primer concierto de rock fue ahí, y también fui con mi hermano, sólo que había sido diez años atrás y fuimos a ver a sepultura, que también era la primera vez que venía a león, esa vez había greñudos por todos lados, fue la primera vez que vi a gente aventarse y golpearse al ritmo de la música,me di cuenta que ya estoy viejo, ahora estaba sentado,esperando ver a un señor de 64 años que iba a salir a cantar poesías sentado con una guitarra en sus piernas.

La espera fue larga, larga, larga, poco a poco el domo se fue llenando y por milagros de la vida, se agotaron los boletos, no había ni un lugar disponible, por fin concuerdo en algo con la gente de mi ciudad, la desesperación se fue convirtiendo en emoción cuando veía que el reloj se acercaba  las 9 de la noche, ya cuando pensé que moriría esperando , se apagaron las luces y justamente a las 9,20 de la noche comenzaron los 180 mejores minutos de mi vida.

Ver a Sabina a unos metros de mi me provocó una emoción enorme, no sé si admiro más sus letras, su música, sus libros, sus poesías, sus entrevistas, su sentido del humor, no sé, pero verlo tan cerca de mi me hizo sentir como quinceañera, emocionada casi al borde del llanto, salió sonriente, mucho más flaco de lo que imaginaba y con 64 años encima que se le notaban a leguas, el amor a la cocaina lo han hecho pagar las consecuencias.Comenzó el concierto, por fin estaba en un concierto de Joaquín Sabina, nunca pensé que pudiera verlo algún día,y ahora lo tenía frente a mi, termina la primer canción y comienza a hablar, dice que escogieron venir a León porque querían estar dentro de una canción de José Alfredo Jimenez, quería ver el cerro del Cubilete e ir nomás trás lomita, en donde está Dolores Hidalgo y dicho esto, dice que si no había venido antes era porque en León no queremos a los pinches gachupines y comienzan a tocar Viridiana, un homenaje a la legendaria pelicula de Luis Buñuel, yo estaba al borde del extasis, esa canción no la solía tocar en sus conciertos y es una de mis favoritas, sobre todo porque la cantaba con Calamaro, se termina y todavía no acabo de disfrutarla cuando comienza a tocar Tiramisú de limón, ahí me di cuenta que sería, y por mucho, la mejor noche de mi vida.

A mi siempre me ha decepcionado ir a conciertos y ver como los cantantes o músicos tocan por inercia,haciendo notar que están trabajando, que lo hacen por dinero, ayer Sabina se emocionaba más que nosotros al comenzar las canciones, sonreía orgulloso de sus letras, se emocionaba, se reía con alguna estrofa, contagiaba su buen humor, pero como siempre no falta la salvaje que está dispuesta a poner en ridículo a la ciudad, una señora se subió al escenario mientras Sabina cantaba " Corre dijo la tortuga" y se lanzó hacía a él agarrándolo desprevenido y dándole un gran susto que hizo que dejara de tocar la canción y se enojara mucho, dijo que agradecía el amor desbocado pero que por favor lo dejaran cantar, ojala y hayan sacado a la señora del concierto y la hayan llevado a ver al Buki o a  la arrolladora banda limón, para que aprenda.

A los pocos minutos le lanzaron una bandera del León, típico, suponen que todos los artistas que vienen a la ciudad tienen que tener entre sus manos la gloriosa bandera del equipo de fútbol, la vio,la ignoró, la volvió a ver, la tomó un par de segundos, la gente gritó como si les hubieran dado toques eléctricos y luego la tiro, dejando en claro que lo había hecho más por cortesía que por convicción. La lista de canción fue magistral, sonaban mucho mejor de lo que pensé que sonarían, tantas horas invertidas viendo sus vídeos y escuchando sus canciones hicieron que tuviera una idea pre-concebida del concierto, superó y por mucho mis expectativas,Sabina estaba feliz por cantar sus canciones y nos lo transmitía a todos, no estaba trabajando, estaba cantando como si lo hiciera gratis, esa fue la impresión que me dejo, que a lo mejor es su trabajo, pero que lo disfruta mucho.

Llegó el momento de rendirle homenaje a su mejor amiga y a nuestra mejor cantante: Chavela Vargas, contó que una vez estaba borrachos los dos y le dijo que, ella, él y José Alfredo  tenían dos cosas en común; ser muy borrachos y ser muy mujeriegos, dijo que no era un homenaje póstumo para la gran Chavela, era un homenaje de amor, porque esa letra se la escribió muchos, muchos años atrás y comenzó a tocar " Por el boulevard de los sueños rotos" y ahí estaban, a través de la música, Chavela, José Alfredo, Frida y Diego, y si, Sabina tiene razón " Las amarguras no son amargas, cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo"

Presentó a sus músicos, pero en lugar de hacer lo de todos los artistas de decir su nombre y dejarlos hacer un sólo, Sabina los presentó recitando poesías sobre ellos, su eterno acompañante, PanchoVarona, no necesitaba presentación, han estado juntos desde que iniciaron esto, hace treinta años, pero aún así recitó un par de versos para presentarlo, luego recitó una poesía de Quevedo y le cambió la última frase que hablaba de Madrid por un emocionante " mi León, gto" si, un recurso barato pero harto emocionante.

Las canciones siguieron llegando, sonó 19 días y 500 noches, en una versión magistral, tocó Llueve sobre mojado y sonó muy raro sin Fito Paez, después de una hora sin parar desaparece del escenario y volvió a mi el recuerdo del concierto de Caifanes, que de pronto desaparece Marcovich y ya nunca regresa y el concierto se arruina, afortunadamente no fue así, sus músicos tocaron " a la orilla de la chimenea" y "Yo quiero ser una chica almodovar", mientras él descansaba, por cierto, que versión  tan sexy cantó su corista, yo siempre pensé que esa canción debía de ser cantada por alguien más, ayer comprobé que la tiene que cantar una mujer.
Se acercaba el  ocaso del concierto, pero la emoción seguía y aumentaba, sonó Noche de bodas e irremediablemente me acordé de Germán Dehesa, siempre hablaba de esa canción, luego sin darme cuenta ya estaba cantando " y nos dieron las diez y las once, las doce, la una y las dos y las tres y desnudos al amanecer nos encontró la luna"

Se fue, regresaron a tocar una versión ultra cursi de Contigo y cerraron el concierto con un par de buenas canciones rockeras,pastillas para no soñar fue la canción final y con eso terminaba las mejores horas de mi vida.

Es difícil sonar objetivo cuando narró un concierto de un artista que me gusta mucho, sé que cada vez que narró un concierto digo que fue el mejor de mi vida, creo que con este concierto comienza mi nueva etapa de señor, y si, fue el mejor concierto de toda mi vida, por lo que sus letras me hacen sentir, por lo que representa la música de Sabina en mi vida, porque ese concierto me ayudo a mantenerme esperanzado en los momentes más oscuros que he pasado, porque me hizo sentir vivo, porque esta emoción y admiración desmedida me han ayudado a que mi vida sea menos triste y más emocionante.

Hoy no estoy triste, a pesar de que ya no tengo en puerta nada que me emocione, le agradezco enormemente a la vida el que me haya permitido vivir una noche como la de anoche, hoy mi vida sigue igual de miserable, pero por lo menos cada vez que cuente o me acuerde lo que viví ayer sonreiré y cuando la vida por fin me sonría, recordaré estos grandes momentos.

Y ya, ya me voy, espero que no digan " ay eso que, pinche vidal exagerado" y si lo dicen, espero no me lo escriban, me voy, nos leemos pronto

1 comentario:

kowadonga dijo...

suena a que solo hice falta yo en un concierto tan magistral, quizá algún dia venga al sureste mexicano a ver sus costas blancas ;)